Julio 25, 2015
Opinión

El USDA convalida ajustes previsibles en stocks de soja

Enrique Erize

Curiosa evolución de los precios de la soja en Chicago en las últimas semanas. En efecto, son muy pocos los operadores/analistas que encuentran explicación para la firmeza de las mismas, siendo que los pronósticos habían venido siendo mayoritariamente bajistas desde hace varios meses. Pero la realidad demuestra, una vez más, que la plaza granaria no es “matemática”. Que la plaza sojera se “bancó” tres cosechas récord seguidas (EE.UU., Brasil y Argentina) más un nivel de sobreventas también récord de los fondos de inversión sin experimentar las proyectadas bajas. Evidentemente, el análisis del mercado es un poco más sofisticado de lo que muchos suponen. Un pequeño retraso en el ritmo de siembras en EE.UU. y las consecuentes dudas sobre el área finalmente sembrada en dicha nación no son motivos suficientes para explicar el comportamiento de los precios. Al ajustar los stocks finales en EE.UU. en su informe del pasado 10-7, el USDA ha convalidado nuestra presunción de que la demanda sobre el País del Norte había sido insistentemente subestimada en los sucesivos reportes mensuales.

Ahora la historia es otra. Las existencias finales al 1-9-15  se ajustan y plantean un interesante desafío para el ciclo 2015/16. Se arranca con menos “comodidad” y todavía falta que el Organismo estadounidense ajuste en baja los rendimientos estimados para el ciclo en trámite (¿próximo reporte?). Si bien el exceso de lluvias a veces deriva en rindes superiores a los habituales (esta campaña en nuestras pampas), cuando las mismas se producen al momento  de la siembra (EE.UU ahora) las consecuencias suelen ser distintas. Algunos especialistas estadounidenses ya aseguran que los rindes proyectados por el USDA en el último informe son demasiado optimistas. El exceso de lluvias en Missouri y buen parte de Illinois no sólo habrían generado recortes en la superficie sembrada sino que también habrían ocasionados pérdidas en los rindes potenciales.

¿Entonces?. Esta realidad pareciera confirmar nuestra teoría de que el presente año comercial ha sido el peor año de los últimos 7/8 años y que, muy probablemente, será el peor de los próximos años. En consecuencia, se confirma que nuestro consejo de no convalidar los niveles de precios de un mes atrás no era desacertado. Cualquier ingeniería comercial de las disponibles es válida al respecto. La industria local aún opera con márgenes positivos pero el saldo pendiente de comercialización y los contramárgenes que habitualmente se verifican en el último trimestre alientan la decisión de retener aunque Chicago pueda mostrar retrocesos al momento de la cosecha estadounidense.

Las cotizaciones del 2016 serán mejores que las verificadas en el presente año. “Chicago queda en EE.UU.” es una frase con más actualidad que nunca. Tanto en maíz como en soja, los números son menos promisorios en lo que respecta a la oferta en dicha nación, al tiempo que la demanda ha demostrado una firmeza que ya es absurdo discutir.

Mientras tanto, en nuestro país, el contexto descripto tiene sus particularidades. El productor argentino ha debido soportar varios meses de valores internacionales por debajo de los experimentados en años anteriores con una exacción insoportable e inexplicable en materia de derechos de exportación. Si a ello se le suma un muy significativo retraso cambiario, se conforma un “combo” de consecuencias dramáticas en la ecuación económica del ciclo 14/15. Así las cosas, es muy probable que veamos comportamientos comerciales tan inhabituales como justificados en los próximos meses en el plano local. El Código Civil será, sin duda alguna, motivo de numerosas consultas. Recién estamos en julio y ya los problemas en la cadena de pagos comienzan  exteriorizar las consecuencias de una política oficial hacia el sector tan injusta como discriminatoria. Un final tan previsible como traumático.