Agosto 4, 2015
Lo que pasa en el sector
En muchas zonas productivas la ganadería pasó a ser el último refugio de la agricultura

Crecimiento por default

La ventaja de las empresas mixtas en la actual coyuntura.

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En muchas zonas productivas la actividad ganadera está avanzando sobre la agrícola. Pero el resurgimiento pecuario es, por el momento, un fenómeno limitado por la falta de capital y la incertidumbre.

 

“Este año se está reteniendo y recriando más que otros años. Pero no se observa en la zona demanda de campos para ganadería porque el crecimiento se plantea con recursos propios”, comenta Sebastián Sueldo, asesor del CREA Quemú Catriló. “Muchos campos pequeños que ya no son viables para hacer agricultura podrían quedar sin destino productivo”, añade.

 

El proceso de reconversión ganadera se incrementa a medida que aumenta la distancia a las terminales portuarias (por el enorme impacto del costo del flete). “Mucha superficie que el año pasado se ocupó con soja y girasol este año se destinará a pasturas, verdeos y maíz de consumo propio. La agricultura comercial en nuestra zona pasó a ser inviable”, explica Martín Ginart, asesor del CREA Soven (región Semiárida).

 

“Está habiendo una mayor retención de vientres para ocupar el área dejada por la agricultura. Mucha vaquillona que antes se vendía gorda, ahora se destina al rodeo de cría”, apunta Ginart en un artículo publicado por InfoCREA.

 

La disponibilidad de maíz barato –producto de los bajos precios internacionales combinados con la intervención oficial– es un factor que, al menos en el corto plazo, brinda un soporte importante a la ganadería. “En este momento casi el 100% de la invernada está con suplementación a campo y hace rato que no se veía eso”, indica Estanislao Quiroga, asesor del CREA Benito Juárez.

 

“En un contexto de retención de vientres, muchas empresas ven una oportunidad para pasar a vender vientres preñados como un producto diferenciado y rentable, mientras que antes se vendían como terneras o vaquillonas gordas”, agrega.

 

Pero vale recordar que el bajo valor interno del maíz es un fenómeno que, dependiendo del resultado de las próximas elecciones presidenciales, podría consolidarse o evaporarse en 2016.

 

“En cuanto a la gran oferta de campos que ya no son viables para agricultura, la cruda realidad es que sobra tierra y falta capital: por ahora es más interesante intensificar en la propia superficie que tomar arrendamientos de dudosa evolución en el futuro. Deberíamos ver una actitud más realista de los propietarios de la tierra –que claramente hoy no constituye el factor limitante– frente a quien aporta el capital y asume el riesgo”, argumenta Quiroga.

 

La oferta de maíz a precio baratísimo compite además contra el valor de los campos ganaderos ofrecidos en arrendamiento (porque permite incrementar la carga en el propio establecimiento).

 

“Se está observando una baja en el valor de los alquileres de campos ganaderos, del orden de 7 kg/ha (de novillo) en promedio, debido a la mayor oferta de campos que ya no pueden alquilarse para agricultura y la posibilidad de emplear maíz barato”, señala Rodrigo Demaría, asesor de los grupos CREA Río Salado y Rauch-Udaquiola. “En algunos casos en esos campos se está buscando realizar acuerdos de pastoreo (para plazos inferiores a un año) o bien de capitalización de hacienda”, añade.

 

“Se está terminando a corral lo más que se pueda para aprovechar los bajos precios del maíz. Las empresas con menor estructura recurren al silo de autoconsumo, mientras que las más grandes están haciendo pisos de cemento en los corrales de engorde para evitar los problemas generados por el barro”, indica Demaría.

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