Mayo 25, 2024
Opinión

El USDA y las mermas productivas sudamericanas

Enrique Erize

Las generalizadas y optimistas expectativas respecto del USDA del pasado 10/5 (primera proyección del ciclo 24/25 para EE.UU.) no fueron convalidadas. Pero, en nuestra opinión, se ubicaron en niveles esperables. Ello, pues el Organismo cierra los números difundidos con varias semanas de anticipación. De tal manera, publicó niveles de producción que hoy no son realistas para soja y maíz en Brasil, como así tampoco para el maíz en Argentina. Lo mismo opinamos de las estimaciones productivas en EE.UU. para el ciclo en trámite (terminando la siembra de la gruesa) Veamos.

La CONAB (el USDA brasileño) estima 11 MMT menos de maíz en dicha nación y 6 MMT menos en soja (antes de recortes adicionales por el desastre en Rio Grande do Sul). Para Argentina, aún no se han contabilizado los daños generados por la “chicharrita” en la producción de maíz, que algunos ubican entre 9 y 11 MMT. Sumando todo, los ajustes son más que relevantes. Además, las proyecciones para la actual campaña en EE.UU. en materia de rindes parecieran un poco optimistas. El USDA toma rindes de tendencia, lo cual es correcto en esta instancia. Pero las estadísticas en el País del Norte evidencian los recortes que suelen generarse cuando las tareas de siembra no se llevan a cabo en las fechas consideradas óptimas. Y en la actual campaña el retraso en ese aspecto es similar al verificado en el 2022. Si aplicáramos los rindes de aquel año y dejáramos sin modificar las estimaciones de consumo interno y exportaciones estadounidenses que proyecta el USDA, las reservas en dicha nación caerían a niveles en los cuales las cotizaciones en Chicago se ubicaron muy por encima de las vigentes en la actualidad. A su vez, nuestros registros muestran la escasa confiabilidad del USDA en materia de proyecciones sobre stocks de cierre en EE.UU. (verdadero termómetro de los precios). En las últimas once, solamente acertaron dos, Las restantes nueve muestran diferencias de entre el 40 y el 60% por debajo de la realidad final. Además, si consideramos que los “fondos” aún mantienen posiciones vendidas que deben corregir comprando, el panorama para los precios es interesante. Como siempre, es necesario saber manejar los “tiempos del mercado”. Si uno considera el comportamiento del consumo interno de maíz y soja en EE.UU., es obvio que los actores involucrados comienzan a transitar un momento desafiante en materia de aprovisionamiento. La última cosecha en dicha nación se llevó a cabo a fines del año pasado y la próxima recién se está terminando de sembrar. Es el momento en que las disponibilidades de ambos productos comienzan a escasear (naturalmente) y la nueva mercadería recién ingresa al circuito comercial en octubre (a más de cuatro meses vista).  

En el plano local, la plaza triguera muestra su mejor versión. Ello, como consecuencia de cuestiones climáticas que afectan la producción en EE.UU., Rusia y en menor medida a la UE. A ello se suma el lamentable drama que vive el Estado de Río Grande do Sul en Brasil, que representa más del 30% del trigo en la nación vecina. Momento de construir estrategias comerciales flexibles.