Febrero 6, 2016
Opinión

Hora de decisiones y estrategias

Enrique Erize

No es desacertado afirmar que el contexto global es claramente negativo para las cotizaciones de los commodities. Pero no es correcto generalizar. Es más. Es una tremenda simplificación. La ralentización china afecta la demanda de acero, cobre, plomo y acero (entre otros), toda vez que el Gigante Asiático representa en promedio el 50% de las importaciones de dichos productos. Pero en el caso de los alimentos, la demanda china no sólo no ha mermado sino que se ha visto fuertemente incrementada en los últimos años (además de soja y su aceite, léase sorgo y cebada). La explicación a los niveles de precios inferiores a algunos años atrás hay que buscarla en tres ciclos consecutivos de superávit entre producción y consumo en cereales y oleaginosos a nivel global. Si por “obra y gracia del espíritu santo” la actual producción de soja sudamericana se ubicara un 20% arriba de lo esperado, los precios de la misma caerían entre 30 y 50 dólares. Por el contrario, un recorte productivo de similar magnitud nos llevaría a una suba no menor a 50 dólares por tonelada y los teóricos de “las” commodities se verían en dificultades para explicar el fenómeno.

Ante la compleja realidad de esta temporada (la próxima es otra “mano”) el productor argentino debe decidir informado y con criterio. Hasta pocas semanas atrás justificamos a quienes se mostraban reacios a vender su soja (lo explicamos en anteriores comentarios). Pero, a esta altura, esa conducta podría calificarse de temeraria. Sin sorpresas productivas de importancia en Sudamérica, las cotizaciones de la oleaginosa no debieran mantenerse y convergerían a los niveles a los cuales hoy cotizan las posiciones futuras de la nueva cosecha. Los que analizan que hacer con la soja nueva tienen, en nuestra opinión, dos opciones. Los necesitados de recursos financieros, vender futuro Mayo con compra simultánea de Calls y/o compra de Puts Mayo. Quienes pueden diferir ventas, deben ser conscientes de que están “jugados” a eventuales problemas con la siembra de la nueva temporada en EE.UU. y/o a una mayor (y no menor) devaluación del peso. Quienes miran hacia fin de año, pueden especular con un problema en los rindes del ciclo 2016/17 en el Hemisferio Norte y/o lo efectos sobre el mercado de una fuerte baja del área sojera en Argentina para la próxima temporada. Entre maíz, girasol y sorgo es dable esperar un recorte de entre 1,5/3 millones de hectáreas para la soja 2017 (?). Un detalle no menor para la evolución de los valores en Chicago.

En el caso de los productores de maíz, es necesario diferenciar las decisiones que se corresponden con el forrajero con disponibilidad física entre marzo y mayo, que plantea un mercado interesante y sostenido, con el maíz de cosecha tardía (a partir de julio), que presenta un contexto menos atractivo. Para el segundo semestre ingresa al circuito comercial el maíz de segunda en Brasil (la famosa safrinha) y este año aparecerían también los negativos efectos de un muy probable incremento del área maicera en EE.UU.. En la primavera pasada aconsejábamos sembrar maíz y no leer los diarios por unos meses. Hoy nuestro consejo es leer los diarios y reconocer que los valores actuales (u$s/Ton.160) son más que atractivos para cerrar la ecuación del ciclo 2015/16.

Para quienes tienen trigo, dos opciones. Sin calidad, los precios actuales no son malos pero es nuestra convicción que pueden mejorar por contagio ante la inminente generalización de la presencia de la molinería brasileña. No tentarse por valores que son muy atractivos si los comparamos con los dramáticos precios “sufridos” por la política de la anterior administración. Con calidad, demorar las decisiones de venta con la alta probabilidad de ser muy bien recompensado.