Septiembre 28, 2019
Opinión

Crónica desde Shanghái

Diego de la Puente

Entre la guerra comercial con EE.UU. y la gripe porcina africana las importaciones de soja China han venido decreciendo en los últimos dos años. Parece increíble que estemos hablando de estos temas, cuando la demanda de la oleaginosa por parte del Gigante Asiático tendía hacia el infinito. No obstante, una cosa es analizarlo con las cifras del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), y otra muy distinta es hacerlo con los datos de los propios chinos. Quizá sea algo un poco más “chabacano” o no tan certero, pero mucho más contundente.

 

Nuestra visita por diferentes Provincias de China, nos fueron desasnando de varios temas, pero cuando llegamos a Harbin (una Provincia de las más productivas al norte de China que conforma la región de la Manchuria) el Ministro de Relaciones Exteriores nos las evacuó rápidamente. El intercambio de opiniones comenzó por parte de ellos diciendo que la guerra comercial los había “obligado” a tener que diversificar sus proveedores y que ahora países como Rusia o Ucrania (que están creciendo en la producción de soja), habían comenzado a generar una especie de sustitución -pequeña por el momento, pero consistente- respecto de sus proveedores habituales. La desazón por semejante respuesta comenzaba a preocupar a nuestro contingente de 30 productores agropecuarios (argentinos y uruguayos) que asistíamos a la reunión. Cuando uno de nosotros acotó. “Es bueno saberlo así nosotros podemos comenzar a “buscar” también cultivos alternativos a la soja ya que este no va a tener la misma demanda que poseía antes”. Pero la respuesta por parte de los funcionarios no se hizo esperar. “Yo no haría tal cosa”, replicó. Y luego agregó: “la caída de las importaciones chinas de soja es coyuntural. Este país sigue creciendo al 6% anual y, eso, es muchísimo!!!”.

 

Mientras escribo estas líneas en la madrugada de Shanghai reflexiono sobre la gran lección que nos estamos trayendo de China, es que una cuestión tiene que ver con lo coyuntural y otra muy distinta con lo estructural. Nuestro negocio puede tener vaivenes o situaciones que generen dudas de corto plazo, pero pareciera -por lo menos para los chinos- que su crecimiento, va a continuar originando una importante demanda hacia el futuro. El incentivo para seguir produciendo está claro, sobre todo cuando además en poco tiempo China comenzará a probar el uso de biodiesel en sus mezclas con combustibles fósiles. Solo hay que tener claro que la coyuntura no debe “nublar” la vista de la estructura. ¡Para seguir con atención!