Agosto 17, 2019
Opinión

Coyuntura convulsionada en el mercado de granos

Enrique Erize

En nuestra columna del 20/7 advertimos que el productor argentino tenía por delante dos fechas muy importantes a considerar a la hora de tomar decisiones comerciales. El 11/8 (por las PASO) y el 12/8 por el esperado reporte del USDA. Pues bien. Ambos eventos ya se han verificado y las decisiones se han tornado más complejas. En el frente interno, la probabilidad de un retorno de políticas adversas a los intereses del sector ha crecido sustantivamente. El fantasma de un aumento de los Derechos de Exportación fue rumor al comenzar la presente semana y, aunque el mismo haya sido desmentido, no puede descartarse. Un fuerte e inesperado aumento del tipo de cambio conlleva ese riesgo, se produzca o no un cambio en el Gobierno. Ante la eventualidad, vender y comprar Calls en Chicago es una alternativa. Ante el riesgo (también motivo de trascendidos) de un desdoblamiento cambiario a partir del 10/12, las alternativas de defensa son nulas.

Por su parte, el reporte del USDA del lunes 12 también generó un impacto negativo en las cotizaciones de Chicago. El Organismo no convalidó el ajuste esperado por los privados en la producción estadounidense de maíz y ello abortó las expectativas alcistas de muchos operadores. En nuestra opinión, compartida por altos ejecutivos del Consejo Internacional de Granos en nuestra reunión de un par de semanas atrás en Londres, es muy probable que la cosecha de maíz en dicha nación termine siendo inferior a las 353 MMT estimadas por el USDA. De ser así, EE.UU. deberá racionar la demanda externa más tarde o más temprano. Po el momento, los tiempos del mercado no ayudan. La oferta de maíz a nivel global será abundante durante los próximos meses. Sumando la tremenda “safrinha” en Brasil (70 MMT) al maíz tardío aquí (25 MMT) y considerando que Ucrania (otro importante exportador del forrajero) comenzará a exportar en un par de meses, la demanda no tendría motivos para ponerse nerviosa. Incluso, aunque la producción de EE.UU. se vea recortada, el ingreso de sus excedentes exportables también jugará en forma de bálsamo al balance de oferta y demanda mundial en el próximo cuatrimestre. Con la soja, la historia es similar. A Brasil aún le queda soja para exportar y en nuestro país resta ponerle precio a casi 40 MMT. Si el ritmo de ventas local se acelera por los motivos ut supra mencionados, el “partido” de la oleaginosa tampoco debiera complicarse. Por eso insistimos en el manejo de los “tiempos”. Los “fundamentals” del mercado no son bajistas, pero es necesario manejar la ansiedad y elaborar ingenierías comerciales acordes con la situación.