Mayo 18, 2015
Opinión

¿Puede el USDA no tener razón?

Diego de la Puente

Durante la pasada semana el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), dio a conocer sus tradicionales estimaciones sobre oferta y demanda mundial y estadounidense. Claro está que la mayor expectativa se centraba en la primera estimación que este Organismo iba a realizar para la campaña 2015/16 en los Estados Unidos. Por supuesto que no defraudó en tal sentido, al ubicar los niveles de stocks de cierre de soja en dicho país, no solo por encima de los que el mercado esperaba, sino también que fueron superiores a los de la campaña 2014/15. Cabe aclarar que en este último caso, los inventarios de cierre volvieron a bajar respecto del informe de Abril.

No obstante, discutir estos guarismos no va a ser el propósito del presente artículo. Más bien nos vamos a concentrar en las primeras estimaciones que también el USDA hizo para la temporada 2015/16, pero en Sudamérica. Al respecto, dicho organismo ubicó la cosecha en esta región del planeta muy cerquita de los 170 millones de toneladas. Ello, con producciones de 97 millones para Brasil (principal productor en esta zona) y 57 millones para Argentina. Si bien estos datos resultan muy tempranos a esta altura del año, cuando ni siquiera todavía está sembrado el cultivo y el productor está pensando más bien en qué hacer con la cosecha que acaba de levantar que en cualquier otra cosa a futuro, resulta interesante comenzar a analizarlos puesto que no dejan -por preliminares y lejanos que sean- de generar expectativas sobre los mercados.

 

El tema de la rentabilidad

 

Dejando de lado la situación de Brasil, en donde una fuerte devaluación iniciada desde mediados del año pasado logró “torcer” el casi inevitable destino de los productores agropecuarios en general y de los sojeros en particular, para el resto de Sudamérica la actual campaña 2014/15 cerrará con más penas que glorias. La situación es particularmente compleja en nuestro país, en donde la caída de los precios internacionales sumado a una inflación en Pesos, pero también en Dólares (ya que el tipo de cambio no corre de igual manera que la inflación), tasa de interés poco competitivas y retenciones del 35%, fueron generando un deterioro muy importante en los márgenes de rentabilidad, que sólo pudieron ser compensados en parte en aquellas zonas en donde los rendimientos se ubicaron muy por encima del promedio histórico.

 

Perspectiva

 

En ese contexto, pensar en un incremento de la producción por estos lares para el próximo año pareciera, al menos, temerario. El caso argentino ya fue comentado, pero la situación no es menos complicada para países como Uruguay y Paraguay e incluso el propio Brasil, que luego de la devaluación se comienza a percibir un incremento en los costos de producción. En última instancia, la demanda actual requiere que la producción continúe creciendo a buen ritmo, incluso en las zonas marginales que son las más susceptibles de perder área. Pero, por supuesto, lo del USDA es solo una cifra muy preliminar y lejana. En todo caso, veremos si el clima en Estados Unidos puede consolidar o dar por tierra definitivamente con esta -por ahora- tentativa proyección.