Octubre 15, 2021
Lo que pasa en el sector
Operatoria local

Por cuestiones domésticas, la soja argentina es la más cara del mundo

El precio local de la oleaginosa aumentó desde julio hasta ahora casi un 50%. El mercado doméstico acompañó las subas registradas en Chicago pero no así las bajas de precio

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Ámbito Financiero

Daniel Aprile.- Los valores récord para la soja quedaron atrás. El rally alcista que comenzó en julio de 2020 y llevó la cotización por tonelada de los 315 a los 600 dólares, recorrió el mismo camino pero a la inversa, aunque lo hizo con menor intensidad. Distintos analistas del mercado de granos aseguran que se trató de un movimiento extremo, por eso luego el cultivo se ubicó en torno a los 500 dólares.

 

Para explicar los precios actuales apenas se ubican por encima de los 440 dólares, Enrique Erize, titular de la Consultora Novitas, aseguró a Ámbito que “a partir del 14 de julio hubo dos noticias que fueron muy bajistas: una fue el anuncio de la suba de las tasas de interés en Estados Unidos, que provocó la salida del componente especulativo del mercado de granos.

 

La otra fue la posibilidad de que el Gobierno estadounidense modificara las políticas vinculadas al biocombustible”. Según el analista, “allí comenzó la historia bajista, que luego se consolidó con una caída en la producción de carne de cerdo en China. A partir de ahí, el mercado se derrumbó.

 

Mientras tanto, en Argentina la soja casi no sintió los coletazos del mercado internacional. Desde julio hasta ahora, aumentó su valor casi un 50%. “Mientras en Chicago bajaba 70 dólares acá subía 15, por lo tanto el que no vendió soja, ahora está mejor que el que sí lo hizo. Eso se explica porque el precio FOB de la soja local -que habitualmente se ubica 20 dólares por encima de la cotización de Chicago, en plena cosecha se posicionó 20 dólares por debajo, algo que es muy difícil de explicar”.

 

Sin dudas, con un escenario de retenciones al 33% y una brecha cambiaria que constantemente se ubica por encima del 80%, convalidar los precios actuales de la soja es una decisión difícil de tomar. Para Erize, tales situaciones generaron que la soja local sea la más cara del mundo.

 

En cuanto a lo que viene, Erize es optimista y para fundamentarlo se basa en el informe recientemente publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). “Ellos estiman que la cosecha de Brasil va a aumentar 8 millones de toneladas, algo que podría ocurrir. Pero en el caso de la Argentina estiman que la producción alcanzará las 51 millones de toneladas”.

 

El organismo norteamericano no sólo tiene números desacertados en cuanto a la campaña pasada de soja sino que además es auspicioso al estimar una gran producción de la oleaginosa en un año que nuevamente tendrá inconvenientes desde lo climático. La Niña, un fenómeno que trae sequía y poca probabilidad de lluvias, se instaló en nuestra región y la afectaría en plena campaña agrícola.

 

“Así como los 600 dólares fueron un exabrupto, lo de ahora me parece lo mismo pero a la inversa”, aseguró Erize. Si bien la demanda de granos por parte de China se mueve a un ritmo menor en comparación con otros meses, la novedad llega de India, tras la confirmación de la importación de harina de soja de nuestro país.

 

La decisión fue algo inesperado, ya que en India los derivados de granos transgénicos están prohibidos, pero la necesidad los obligó a abrir una cuota especial para comprar un insumo clave para la generación de alimentos.

 

El titular de la Consultora Novitas, destacó que “la soja se posicionará por encima de los 500 dólares, ya que a medida que avance el calendario, el mercado corregirá las cifras de producción, por ejemplo la de Argentina. La única duda que queda para el último tramo es si el Gobierno toma algún tipo de determinación sobre las retenciones a los granos, pero eso dependerá en gran medida del resultado electoral”.

 

El panorama es interesante para la soja, aunque habrá que seguir de cerca la realidad de las industrias, que son las que demandan grano para agregar valor. Los costos logísticos podrían ser un problema, que se suman a las complicaciones que trae la bajante del Río Paraná.

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Ámbito Financiero
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