El cuadro adjunto muestra la proyección de resultados para la zona Sudeste de Buenos Aires sobre la base de los precios estimados a cosecha 2015 para trigo y granos gruesos. Se presentan las cifras para los cultivos realizados por administración en campo propio y bajo la forma de arrendamiento en campos de terceros.

Avanza la cosecha de soja de 1ra en la zona, con rindes bajos y muy dispares. Resultó un año con pocas lluvias entre enero y marzo, y muy dispersas, que afectaron severamente los rindes de la soja. Se ven rindes de todo tipo; 10 qq/ha, 12 qq/ha, 16 qq/ha, 22 qq/ha y 25 qq/ha, en lotes de secano. En la zona de Balcarce los rindes son del orden de 15 qq/ha, y en Lobería de 18 qq/ha. En un lote con riego de la zona de Lobería (y por ello con costos directos mucho más altos que los del cuadro) el rinde fue de 31 qq/ha.

En maíz, los lotes los lotes sembrados temprano en suelos sin tosca rendían entre 70 y 80 qq/ha. Sólo el girasol se defendió mejor de la falta de lluvias, con rindes del orden de 25 qq/ha y buen contenido de aceite.

Las proyecciones del cuadro para siembras por administración en campo propio, muestran fuertes quebrantos en todos los cultivos. No se escapa ningún grano.

Los rindes de indiferencia que se requieren para cubrir la totalidad de los costos (directos y de estructura) son de 74 qq/ha en trigo. Para soja de 1ª el rinde de indiferencia es de 29 qq/ha, para girasol de 31 qq/ha y para maíz de 90 qq/ha.

En campo arrendado, para los precios y costos que se muestran en el cuadro, el quebranto es aún más pronunciado. Los rindes de indiferencia son de 84 qq/ha en trigo, de 34 qq/ha en soja de 1ª, 36 qq/ha en girasol y 102 qq/ha en maíz.Los productores no pueden vender el trigo, ya que está cerrada la exportación, y los molinos no están comprando; y cuando compran lo hacen con cuentagotas, a precios muy por debajo de la paridad de exportación y con plazos de 30 días o más. Esto trae severas complicaciones financieras, en vista de que no se están pudiendo cubrir los compromisos financieros asumidos con proveedores de insumos y con bancos.

El panorama de cara a la próxima campaña es muy oscuro. Bajaría la intención de siembra de trigo, y las negociaciones entre arrendatarios y arrendadores será muy difícil. Se plantearán bajas importantes en los contratos de arriendo y una mayor participación del arrendador en el riesgo productivo.

Los productores están en el peor de los escenarios, con precios y rindes bajos. En un contexto como el actual, de precios internacionales bajos para los granos, no es viable la agricultura con retenciones a las exportaciones. Los cupos a las exportaciones agravan aún más una situación ya de por sí difícil en trigo y maíz.